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CRIMEN ORGANIZADO EN CHICLAYO. ACIERTOS Y ERRORES.

EQUIPO PROJUSTICIA LIMA

Publicado: 2019-10-30

Hablar de crimen organizado en Chiclayo, resulta per se evidente con el fiscal Juan Carrasco Millones. Pues, ha sido su Fiscalía Especializada contra la Criminalidad Organizada – FECCOR Chiclayo quien desbarató una centena de bandas criminales que operaban no solo en los enredosos suburbios de Chiclayo, sino, en las mismas instituciones del Estado como en Municipalidades emblemáticas como Chiclayo y Olmos. Quizá los aciertos de Juan Carrasco Millones apodado el zar de la anticorrupción y el cual gano protagonismo con casos mediáticos como el haber descompuesto con cierta actitud agresiva a las bandas criminales “La gran familia” y “Los limpios de la corrupción”. Pero estos aciertos de Juan Carrasco Millones que han sido construidos con sutiles trozos como rompecabezas, se ha vislumbrado la pieza faltante que configura su segundo aspecto del de: los desaciertos.  

Juan Carrasco Millones ha perseguido de forma casi obsesiva casos de crimen organizado en Chiclayo con la actitud más descollante y con la ambición osada. Pero también, de manera dudosa o parcializada ha renunciado a unos casos “irresolutos” que debieron ser determinados de la manera más audaz y temprana. Nos referimos al tema de “La Hermandad del Norte y Los Empresarios del Norte”. Pero, de todo esto, el tema de “Los Empresarios del Norte” que tiene en ojos puestos a empresarios azucareros que estaban siendo investigados por defraudación tributaria y desbalance patrimonial como los hermanos Samuel Antonio y Carlos Daniel Roncal Miñano y Ernesto Flores Vílchez, ha quedado durmiendo en el sueño de los justos. Pues a más de 04 años, con la muerte ocurrida del auditor de la SUNAT, Roberto Cieza Herrera, a manos de sicarios, no se han esclarecido los hechos respecto al verdadero móvil del crimen y de los autores intelectuales de dicha muerte. De la misma forma con la muerte del abogado Fernando Arbulú Roca quien tenía participación en el control de la Empresa Azucarera de Pucalá.

De igual forma un Diario (La Verdad) de Chiclayo puso en evidencia los entretelones de dos oficiales de la PNP, del Comandante Romel Díaz Paz y el Capitán Víctor Chafloque Oliden, oficiales estrechamente ligada a la labor que el ducho fiscal Juan Carrasco Millones cumple en la Fiscalía Especializada Contra la Criminalidad Organizada de Lambayeque que muestran que dicho brazo policial, estarían embarrados en temas de coimas para vender información confidencial, coacción y negocios turbios con implicados elaborando informes policiales falsos (falsificación de documentos) en crímenes. Y que el radio del Fiscal Juan Carrasco que ponen en duda su cuestionada labor cumplida como fiscal, y estaría actuando ilegalmente con fiscales como Adela Harumi Odiaga Shimotehara y Karin Ninaquispe Gil.

Hechos ruidosos y escandalosos que muestran que la lucha contra el crimen organizado no es color de rosa. Sino, que la misma Fiscalía Especializada Contra la Criminalidad Organizada de Lambayeque, con respecto al tema de “Los Temerarios III”, una fiscal integrante de la Feccor, ha participado conjuntamente con policías y abogados que accedieron a información y pedían sumas de dinero a los incriminados con el fin de borrar evidencias de los móviles celulares de funcionarios y empresarios comprometidos y puedan librar la cárcel. Y ahí nuevamente sale a flote el oficial y amigo de Juan Carrasco Millones, el oficial Comandante PNP Romel Díaz Paz, quien versión de Nilton Monje Sampén señaló que dicho oficial le suministraba información sobre las investigaciones al detenido exalcalde David Cornejo Chinguel (cabecilla de la banda). Y que a través de abogados se entrevistaron con los empresarios incriminados con el fin de pedirles el pago de “20mil dólares” para darle “al de arriba”, es decir a quien tenía a cargo dicha investigación, quien no es nadie más y nadie menos que Juan Carrasco Millones.

Esta es la embrollada faceta del Fiscal Carrasco Millones que deja irresuelto temas sobre crímenes ligados a empresarios azucareros como del hermano del excongresista Clemente Flores Vílchez, Ernesto “El Pollero” Flores Vílchez; ERRORES que para nada eximen su responsabilidad como cabeza de la Feccor. Y donde algunos malos oficiales y demás mafiosos fiscales se ponen al servicio de la égida de Juan Carrasco, que hacen pensar que sus prioridades de investigación vendrían a girar en torno: no de buscar la justicia o de perseguir las cusas melius; sino, ser baluarte de su entorno y poder que ha ido concentrando cada vez más. Y nos haría pensar, que el cazador del crimen organizado en Chiclayo, es el miembro de una banda criminal que operaría bajo el recinto y perímetro de las instituciones del Estado como es la Fiscalía de la Nación.


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