Los buses de una de las cuatro empresas de los operadores de los corredores complementarios han dejado de operar. Se trata específicamente del consorcio Próceres Internacional S.A. que suspendió el servicio el 18 de enero, retirando 30 unidades que operaban a lo largo de la ruta del Corredor Morado, esto debido a incumplimientos de la Municipalidad de Lima que no ha efectuado medidas en la ruta troncal, como el plan ‘pico y placa’, los carriles exclusivos para sus buses y el retiro de vehículos informales. 

Los corredores complementarios se iniciaron en el mandato de la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán, pero el ex alcalde Luis Castañeda Lossio poco o nada hizo para mejorar en cuanto a los carriles, zonas de parqueos, terminales de transferencias y mejoras que debían haberse realizado para prestar un buen servicio, como se estableció en su comienzo y los operadores de estos corredores complementarios más allá de poder exigir a la autoridad han sido cómplices sin ninguna perspectiva de desarrollo y mejora, haciendo que la incertidumbre crezca. Ya queda en manos de la Autoridad Única de Transporte (ATU) y los funcionarios encargados para redireccionar este sistema de transporte masivo que realmente necesita Lima y Callao.

El problema

El tema es económico. Este es un modelo de negocio que tiene que justificarse la sustentabilidad de negocio de acuerdo a la última modificaciones y exigencias que el Ministerio de Economía y Finanzas exigió para este tipo de servicios es que dichos corredores han tenido dificultad económica en cuanto a su utilidad. No han podido completar los pagos básicos de operadores, y esto no ha sido rentable. En este sentido, ¿qué garantías tienen los corredores rojo, verde, azul y amarillo?

La informalidad, crece como la espuma

Alrededor de 40 mil personas se movilizaban diariamente de manera rápida y segura con el Servicio 404 del Corredor San Juan de Lurigancho y son los más perjudicados.

El gran problema que se tiene actualmente en el transporte público es el crecimiento de la informalidad y este tipo de hechos no hace más que darle fuerza. El desabastecimiento del trasporte público hace que los usuarios busquen alternativas. Es importante tener en cuenta que la demanda que exige estos corredores es una demanda definida, es un público estable que espera que el servicio se cubra, al no encontrar los parámetros legales disponibles se está dejando espacio para que la informalidad ocupe estos espacios.

La ATU tiene un compromiso importante. Ellos son finalmente los que llevarán las riendas del transporte y los corredores complementarios. Tienen que pronunciarse y explicar sus acciones para solucionar este grave problema.

La inversión desvanece

La incertidumbre genera desconfianza para la inversión. Muchos de los concesionarios y empresas que pertenecen a estos grupos no tienen confianza en sí mismo y están retirándose. No quieren invertir por lo que buscan regresar a sus empresas y dejar solo al consorcio que finalmente no les genera utilidad. Por lo tanto, apenas la ATU tenga la transferencia de todas estas funciones tendrán que pronunciarse e indicar a la opinión pública los planes de acción inmediata.