Medio Ambiente y Movilidad Urbana en tiempos del COVID-19.
Por: • Jhony Pardavé - Doctor en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible ,Especialista en Movilidad Urbana y Transportes., Maestro en Ingeniería de Transporte y Docente Universitario
El mundo entero se encuentra enfrentando el coronavirus. Además de las cuarentenas, cierres de fronteras, toque de queda, prohibición de circulación de vehículos y consejos de salubridad como lavarse las manos, mucha de las batallas contra la pandemia del COVID-19 se da en los medios y redes sociales, donde se combate la desinformación.
El cierre global inspirado en este nuevo virus, cerró fábricas, comercios ambulatorios, agencias turísticas y restringió los viajes internacionales e interprovinciales, redujo los viales públicos urbanos (tenemos a menos personas usando vehículos, menos emisiones de CO2 y por lo tanto, se genera menos huella de carbono), reduciendo notablemente la contaminación letal, incluidos los gases de efecto invernadero que están calentando el clima.
Según la ONU este año 2020 es un súper año para la naturaleza y la biodiversidad, esta pandemia que finalmente nos dejara un impacto positivo para el medio ambiente.
El virus del COVID-19 no es qué haya generado directamente un efecto positivo para el medio ambiente, lo que ha generado un efecto positivo son las respuestas y las medidas para controlar su propagación.
La ciudad de Lima, es considerada una de las capitales de Latinoamérica con más niveles de contaminación atmosférica. Con más de10 millones de habitantes y habitualmente colapsada por un caótico tráfico.
Casi 1.8 millones de vehículos que transitan a diario (90 % del p.a) por Lima están detenidos, y eso ha llevado a que la contaminación del aire sea menos de la mitad que los niveles registrados en estas mismas fechas hace tres años. En Lima, el 58 % de las emisiones responden al parque automotor y otro porcentaje es aportado por las fábricas industriales y otros que en este momento también están paralizadas.
En 2018 los mismos registros arrojaron hasta 75 microgramos por metro cúbico y en 2019 hasta 44, todos ellos tomados en estaciones de la zona este de Lima, que habitualmente siempre presenta mayor contaminación atmosférica que el resto de la ciudad por concentrar las partículas que arrastra el viento de otras zonas.
Se trata de un fenómeno similar al ocurrido en Madrid, donde también bajo el aislamiento de la población la contaminación del aire se ha reducido en casi el 60 %, al pasar de 101 microgramos por metro cúbico a 43.
Por su parte el Gobierno central destino fondos para Limpieza del transporte público. Autorizando la transferencia de partidas por S/ 50 millones para acciones de prevención, limpieza y desinfección de las unidades de transporte de servicio público. Dicha acción, que estará a cargo de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), comprende los buses convencionales, Metro de Lima, Metropolitano, corredores complementarios y la infraestructura complementaria (paraderos, estaciones y terminales).
Por eso, después que nos vayamos incorporando progresivamente a nuestra vida habitual debemos haber aprendido. Somos nosotros los que contaminamos el ambiente y los que tenemos la oportunidad de mantener esta situación. Usar mejor la movilidad urbana sostenible como la bicicleta, la movilidad eléctrica y usar más vehículos menos contaminantes; pasar las revisiones técnicas y restringir la cantidad de vehículos que contaminan con políticas sustentables en pro del medio ambiente.
En 2020, el Convenio sobre la Diversidad Biológica adoptará un marco que apoyará la visión de "vivir en armonía con la naturaleza" para 2050. ( propuesta de la ONU)
El cambio climático nos sigue afectando, pero muchas especies han aparecido en zonas donde ya no se les veía, Se debe a que la Tierra necesita un descanso desde hace mucho tiempo. Acciones como La Hora del Planeta, que significa coincidir para apagar la luz, han sido modos de generar algún tipo de conciencia, pero esto no es suficiente. Es posible que esta cuarentena, que ya se aplica en varios países, haya disminuido los GEI más de lo que ha logrado, por ejemplo, el Acuerdo de París. Es un impacto que se ha sentido, que se ve, y por lo tanto, lo que sigue es repensar nuestra relación con la naturaleza y cómo nos relacionamos con el entorno.
En estos días de descanso en el mundo, la naturaleza será la más agradecida pues bien esta nueva realidad nos debe llevar a pensar a nuevas formas de entender la economía, la política, las relaciones sociales, la cultura y la actividad industrial. Puede ser una magnífica forma de rebobinar nuestra relación con el entorno, de estar en la naturaleza como parte de ella; de reconocer nuestra forma de enfrentar el cambio climático. Es un momento de hablar de economía verde y de tomar posta por la lucha ambiental.
En estos días de aislamiento social la contaminación y las emisiones se reducen, el caótico tráfico desaparece… es curioso que nos hayamos obligado a cambiar por un virus y no por nuestra voluntad!